martes, 13 de noviembre de 2007

De los reyes a los caribanos



Carlos V Rey de España (1500-1554) era hijo de Felipe el Hermoso y de Juana de Castilla, nieto de los Reyes católicos, era una personaje que brillaba por su manera de hacer callar a sus súbditos, estamos hablando del siglo XIV del anterior milenio, no de Juan Carlos de Borbón, aunque tengan afinidades, ambos reyes, ambos españoles, aunque Carlos V nació en Austria y el otro en Roma. Ambos impacientes y ambos colonialistas por lo menos en espíritu.
Ambos tuvieron que enfrentarse a los caribanos, el primero en el ámbito de una guerra que perdieron, en la que los indios creían en armas mitológicas y rituales y los europeos “conquistadores” usaban el exterminio y el genocidio con plomo y espada y el segundo en el ámbito de una guerra de ideas en la que las palabras son las principales armas para confrontarse ahora.
Entonces y ahora los caribanos usaban un lenguaje eufemístico descubierto por los frailes católicos que estudiaron sus lenguas, hoy día pervive esa manera muy elegante de hablar entre los pemones del sur de Venezuela, como uno supone que hablaría un “rey”, pero ¡no! se trata de ”indios salvajes” según los caracterización española sobre nuestros aborígenes, entonces y ahora.
Entonces y ahora, decir una ofensa muy fuerte para un pemón es signo de guerra, insulto grave, en sus palabras se escucharía decir: “usted esta por debajo de mis ojos”, Mientras que para un español sería “usted es un estúpido, cállese idiota” por decir algo muy suave que tenga símil con el “Usted está por debajo de mis ojos” pemón.
No existe un registro documental en el que Carlos V insultará a algún caribano con palabras y menos a algún cacique frente a los ojos del mundo, pero entendiendo que siendo nieto de los Reyes Católicos a quienes recomendaron que “el imperio sería más fuerte por la palabra que por las armas” suponemos que el sabia, y perversamente interpretó esos consejos de uno de los primeros lexicógrafos de la lengua española como era Nebrija, porque fue por la vía cultural, especialmente la religión, como trataron de dominar a los caribanos y no precisamente por las armas, de manera que aplicaron los consejos de los sabios hecho a los Reyes Católicos en 1492.
Han pasado siglos tras siglos de guerras y enfrentamientos, y hoy la soberbia lanza al Rey Juan Carlos de Borbón fuera de la retórica diplomática cuando manda a callar a un país, sin la más mínima cordura y menos sin la sabiduría aplicada por el antiguo Rey Carlos V con los viejos consejos de Nebrija.
La lección que puede darle un pemón venezolano al Rey Juan Carlos de Borbón, es de estilo, hubiera sido la misma ofensa decirle a otro país “Usted esta por debajo de mis ojos” que es como mentarle la madre al otro, la diferencia es que ningún pemón lo hizo y menos aún el Presidente Chávez.
No deseo hacer comparaciones, solo que es bueno que reconozcamos en la memoria histórica, la misma que el artículo 100 de la reforma constitucional examina, la presencia y el respeto por un pueblo que dejo millones de sus hijos blancos, indios o negros muertos en muchas luchas liberadoras contra imperios para que alguien, sea Rey o Emperador venga intentar callarlo después de tantas independencias y de tanta sangre derramada.
Los tiempos han pasado, desde Carlos V el primer Rey de España que autorizó las licencias para compras de esclavos en América hasta los gruesos fajos de dólares que los grandes consorcios bancarios españoles residenciados en Venezuela se llevan a Europa producto de los intereses obtenidos con sudor venezolano y de las enormes recursos energéticos del país, el irrespeto del Monarca español contra el país es sólo una reveladora realidad de la arrogancia del poder y del espíritu colonial.

Aldemaro Barrios Romero
.aldemarobar@yahoo.es