martes, 7 de octubre de 2008

Por el Guárico a pié

Sólo la compañía de la música recia guariqueña o apureña pueden amainar el delirio de recorrer las carreteras que conducen al corazón de Venezuela, en Guárico gran parte de sus vías se encuentran en deterioro severo y con la esperanza de que algún día estas sean rutas dignas para el transporte de quienes producen gran parte de lo que se consume en la mesa diaria de los venezolanos, el queso, la leche, el maíz para la arepa, el arroz, las caraotas o el fríjol.

He recorrido Guárico desde San Juan hasta Santa María, de Altagracia de Orituco hasta Las Mercedes, de Ortiz a Puerto Miranda, de San José de Guaribe hasta Zaraza, de Tucupido y Valle La Pascua al Sombrero pasando por Chaguaramas y la queja duele en la garganta de los guariqueños cuando no tienen agua o si la tiene es intermitente o sucia como cuando bebíamos agua de laguna por allá en los años 50, o en el otro costado cuando el agua viene los sorprende en torrentes violentas que arrebatan las casas, las siembras y los animales producto de la desertificación de los suelos de las montañas altas. Un estado cruzado por ríos y quebradas con represas y embalses suficientes para su abastecimiento, con un circuito de serranías que le orilla todo el límite norte y la mayoría de sus pueblos no cuenta con el servicio como debe ser porque los sistemas de distribución del preciado líquido han colapsado, un pueblo que resiste sed y que se niega a que lo más preciado que es su tierra termine de convertirse en desierto tan sólo por la falta de control y la aplicación de programas de reforestación y de recuperación ambiental, esta pacientemente a la espera de ver luz al final del túnel.

Esta carta que los guariqueños se juegan en noviembre será la decisiva y esta vez no puede haber fraude, no debe haber más frustración, ni desencanto, la responsabilidad de darle un giro a la política del Gobierno del Presidente Chávez en este estado no es un problema meramente electoral, se juegan la confianza de la gente y la dignidad de un pueblo que resiste y espera con tranquilidad soberana la solución sus problemas.

Cifraremos grandes expectativas en William Lara como nuevo gobernador y conociendo su trayectoria como hombre pensador y legislador tendrá que contar como mano derecha a un ejecutivo que se ocupe de fraguar la acción práctica de gobierno que como sabemos es compleja y amerita el esfuerzo de un equipo operacional eficiente al que Lara tendrá que confiarle decisiones que ya deben estarse diseñando no como planes de emergencia, no como paños calientes, no como coyunturas sino con respuestas estructurales para darle soluciones a las prioridades en el asunto de la vialidad, el agua, la luz, la alimentación, la educación, la salud, el desarrollo agroproductivo entre otras.

Es responsabilidad suprema de los alcaldes promover a los concejos comunales dándoles poder, recursos pero sobre todo iniciativa para que el mismo pueblo protagonice su voluntad de resolver sus propios problemas. El alcalde no debe ser el mismo administrador que se deformó en la Cuarta República y que no tiene cabida en la Quinta República, repartiendo real y entregando el dinero del pueblo a contratista irresponsables con quienes algunos mandatarios, llámese alcalde o concejal, hacen negocios para luego vivir miserablemente atendiendo aquel dicho popular que decía “el dinero mal habido se va tan rápido como ha venido”.

Hemos conocido de experiencias brutales en Guárico que el mismo pueblo ha castigado con la indiferencia y el voto a mandatarios irresponsables, ya deben entender que ese mismo pueblo ha aprendido a defenderse y tiene un grado superior de conciencia, es pronosticable que se repitan los revocatorios del mandato de alcaldes si estos no cumplen con sus responsabilidades y las promesas de darle la mayor suma de felicidad posible al pueblo.

De manera que la disyuntiva entre una época y otra es ahora.- Guárico con cada uno de sus pueblos ha sufrido una condición que las autoridades deben ver con preocupación, ha sido uno de los estados con mayor migración de población en los últimos tiempos, sus hijos han tenido que salir a otras ciudades a buscar sustento porque la infraestructura económica no les garantizaba obtener el soporte para vivir.

En Guárico se ve un fenómeno social de alto impacto económico, en lo que va de medio siglo hemos visto cientos de caseríos desaparecer, lo que queda son casas en ruinas donde habitan los fantasmas del recuerdo, sus habitantes han consolidado una vida de miseria en cinturones de pobreza en las ciudades más importantes de Venezuela.

La tarea de reconstruir este estado, no será solo de quienes obtengan el triunfo en una jornada electoral que pronostica el triunfo del pueblo en apoyo al Presidente Chávez, sino que trabajen en consonancia con los planes del Gobierno Nacional, especialmente los referidos al Eje Norte Llanero, que ya debía tener resultado satisfactorios pero las contradicciones conocidas de los últimos gobernantes la han frustrado, estas habrán de quedar en el pasado, solo será cuestión de memoria histórica y de asumir cargos por irresponsabilidades administrativas.

Vendrá el día en que viajemos a Guárico con el disfrute de ver al llano florecer y el contento de la cara de sus habitantes sea la bienvenida a quienes de afuera les admiran por la capacidad de resistencia y por el estoicismo de su población mayoritariamente campesina, toda la potencia de la energía que ese pueblo tiene, deberá convertirse en la suprema felicidad que soñó Bolívar producto del trabajo productivo de los llaneros guariqueños. Dios quiera así sea.


Aldemaro Barrios Romero
venezuelared@gmail.com

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