jueves, 19 de julio de 2007

Libertad de información en Venezuela.



Edgar Fernández un camarógrafo venezolano del canal oficial Venezolana de Televisión el dìa 26 de mayo aparece en la pantalla de RCTV, la televisora privada cuya licencia terminó un 28 de mayo de 2007. El reportero audiovisual luego de ser agredido física y verbalmente por activistas de oposición, toma la palabra ante la frenética bienvenida de cientos de manifestantes con un discurso de reclamo a la muchedumbre, la algarabía desconoce la palabra del trabajador, no lo escucha, sólo responde a la esquizofrenia de pensar que el trabajador se había montado en la tarima para sumarse a los llamados irracionales de respeto a la libertad de expresión.

De pronto su voz y sus palabras ajadas de pronunciación popular se imponen en los altoparlantes: “Respeten, respeten mi trabajo” “Yo defendí a los camarógrafos de RCTV en Puente Yaguno, ahora ustedes me quieren agredir a mi, respeten, respeten” insistía el trabajador del canal VTV, entonces la muchedumbre bajo la voz y asentían el reclamo de Fernández para su libertad de informar dirigida a quienes estaban protestando por una supuesta violación a la libertad de expresión.

Lo que ocurrió el día 27 de mayo en las afueras del canal de televisión venezolano RCTV fue la mejor señal para desmontar la falsa creencia que en Venezuela no existe libertad de expresión y desacreditar a quienes pretenden hacer creer al mundo que en Venezuela vivimos tiempos de oprobio, cuando la realidad marca otra visión en la que se ha diversificado las posibilidades de expresión con la aparición de nuevos medios de comunicación donde el ejercicio de la producción independiente esta privilegiada.

Las calles de Caracas, día a día soportan marchas de distintos sectores sociales, ricos, pobres, oposición, católicos, nudistas, chavistas, personas discapacitadas, ancianos jubilados, estudiantes, mientras en los medios privados, radio televisión y prensa exponen con saturación repetitiva las ideas de los oposicionista y en proporción desventajosa para los que no están aliados a la oposición; expertos y académicos de ambos bandos exponen tesis y análisis sobre la situación del país, mientras ocurre esta batalla de ideas y expresiones, el laboratorio social, político y cultural que es hoy Venezuela, sigue su experimento de transformación social remontando la cuesta de la injusticia y exclusión social.

La proyección de mentiras y falsos escenarios de la realidad en la televisión privada venezolana ha alcanzado el extremo del llamado a magnicidio, sin embargo bajo el telón de supuesta violación de la libertad de expresión se acusa al Gobierno de Chávez de autoritario. Peor aún la constante exposición a mensajes con contenidos que inducen al miedo, al terror y a la zozobra social, no sólo ha infringido la Ley de Responsabilidad Social que norma los contenidos de la programación mediàtica nacional sino que ha violado las normas internacionales especialmente en lo referido a la paz social y al derecho de los ciudadanos a estar informados de forma veraz.

El camarógrafo Edgar Fernández, bajò de la tarima de RCTV y dejó un testimonio único de la realidad venezolana, lo hizo en el momento oportuno guiado por la voluntad de reclamar su derecho a informar luego de ser agredido por algunos activistas oposicionista y para dejar por sentado y firme la evidencia del uso desenfrenado e irresponsable de un medio de comunicación como lo fue RCTV, hoy sustituido por una nueva señal que llama a la paz, a la convivencia social y la libertad de expresión en todos sus sentidos.

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