La situación política interna de los EEUU será determinante para el sostenimiento de la hegemonía del imperialismo en el resto del mundo. El fracaso de la insostenible situación de sitio en Irak por parte de los fuerzas de ocupación imperialista ha agrupado a un importante sector de miembros del cuerpo legislativo estadounidense vinculados al ala republicana, para pronunciarse por un cambio de ruta en la guerra contra Irak.
Ante la inminencia de elecciones en EEUU y la creciente falta de popularidad del Gobierno del Presidente Bush, los políticos tradicionales (republicanos y demócratas) buscan un asidero para sostener sus presencias públicas mediante acciones demagógicas para mostrarse ante el pueblo de los EEUU como contrarios a la guerra, y “defensores de la paz”.
Para el Gobierno de los Estados Unidos una recuperación de la confianza pública pasaría por realizar aventuras guerreristas o terroristas que exalten el nacionalismo o que conmuevan la fibra emocional de un pueblo abarrotado de consumismo, mentiras y distraccionismo. Para ello el Gobierno de Bush puede jugarse un escenario sucio y artificial utilizando el “terrorismo” “el narcotráfico” y otros medios para justificar acciones que permitan subir su baja popularidad, que apuntarán a espacios estratégicos regionales donde han perdido terreno, una práctica usual en los métodos de dominación y de implantación de su hegemonía política.
Vemos con preocupación como el escenario de la guerra en Colombia ha dado síntomas de calentamiento provocados por acciones de dudoso procedimiento. No debemos abrigar dudas que el tema Colombia esta colocada en la agenda del Gobierno de EEUU en primera página, a los efectos de proceder contra Venezuela.
Mediante el chantaje a algunos gobiernos y la derecha latinoamericana en uso de mecanismos de poder, el Gobierno de los EEEUU ha tratado de acorralar a Venezuela en el escenario mediático internacional. Así mismo usan voceros del fascismo internacional localizado estratégicamente en Europa para desatar una campaña en los medios internacionales con el único propósito de descalificar a Venezuela y desprestigiar al alcance de la revolución bolivariana con la intención de minimizar su impacto en la región.
No obstante en los EEUU el memorando público se concentrará en la guerra contra Irak en lo inmediato así como toda la movilidad política electoral que puede darle ventajas a los movimientos sociales en América Latina y el mundo, pero no dudamos que un cambio de gerencia pública afectará la agenda política de agresión que las grandes corporaciones industriales tiene elaborada para el sostenimiento del status de dominio sobre la economía mundial y especialmente en América Latina.
En lo relativo al manejo de la información, cuyo soporte monopólico lo ejerce el Departamento de Estado de manera cerrada con las corporaciones y consorcios mediàticos no habrá un cambio en el modelo y el método de soporte a las políticas del gobierno imperialista de los EEUU.
Los errores consecutivos cometidos por la diplomacia estadounidense en los foros regionales (OEA) dan a los pueblos de la región y especialmente a Venezuela una ventaja coyuntural que nos llama a colocarnos en posición ofensiva en las tareas vinculadas con el posicionamiento del mensaje fresco, edificante de los logros de la Revolución Bolivariana, con temas de la agenda noticiosa internacional relacionados a la autonomía de la industria petrolera entre otros, igualmente esta situación sugiere que nuestro país avala la consolidación de procesos de integración a pesar de los intentos de sectores de la derecha en algunos países de la región para frenar y obstaculizar este proceso.
Venezuela se ha posicionado en la estrategia del diálogo sur-sur que junto a la promoción de la integración Latinoamericana constituyen dos ejes de la política internacional venezolana apuntando hacia un mundo multipolar que quiebre la hegemonía de los países industrializados sobre los países pobre del globo terráqueo.
En ese contexto Venezuela lideriza acciones políticas desde los organismos multilaterales como la ONU, UNESCO y OEA e instrumenta relaciones bilaterales con países de Europa, África y Asia que se orienten al factor de responsabilidad social como signo privilegiado antes que lo mercantil, especialmente cuando se abren las puertas para la inversión extranjera en el país.
Por todo ello se hace necesario generar un clima de confianza hacia Venezuela que le permita a la república consolidar su posición política en la región y el mundo, valiéndose de su condición democrática moral y éticamente incuestionable, demostrada por el sistema político de participación protagónica del pueblo venezolano y las políticas internacionales orientada por el presidente Chávez en lo relativo a autodeterminación e integración de los pueblos del mundo.
Sin desconsiderar las acciones coyunturales que tengan las Misiones Diplomáticas producto de las acciones inmediatas en el mapa político internacional es necesario comprender que estamos ante la consolidación de un proceso de estado de largo aliento y no de un gobierno cortoplacista ; ello implica la construcción de un nueva estructura político ideológica de las misiones diplomáticas correspondidas con los planes trazados por el Presidente de la República en la configuración de un plano de relaciones mundiales multipolares y en la defensa irrestricta de los intereses de un estado que construye una democracia protagónica y participativa para beneficio del pueblo venezolano.
Ante la inminencia de elecciones en EEUU y la creciente falta de popularidad del Gobierno del Presidente Bush, los políticos tradicionales (republicanos y demócratas) buscan un asidero para sostener sus presencias públicas mediante acciones demagógicas para mostrarse ante el pueblo de los EEUU como contrarios a la guerra, y “defensores de la paz”.
Para el Gobierno de los Estados Unidos una recuperación de la confianza pública pasaría por realizar aventuras guerreristas o terroristas que exalten el nacionalismo o que conmuevan la fibra emocional de un pueblo abarrotado de consumismo, mentiras y distraccionismo. Para ello el Gobierno de Bush puede jugarse un escenario sucio y artificial utilizando el “terrorismo” “el narcotráfico” y otros medios para justificar acciones que permitan subir su baja popularidad, que apuntarán a espacios estratégicos regionales donde han perdido terreno, una práctica usual en los métodos de dominación y de implantación de su hegemonía política.
Vemos con preocupación como el escenario de la guerra en Colombia ha dado síntomas de calentamiento provocados por acciones de dudoso procedimiento. No debemos abrigar dudas que el tema Colombia esta colocada en la agenda del Gobierno de EEUU en primera página, a los efectos de proceder contra Venezuela.
Mediante el chantaje a algunos gobiernos y la derecha latinoamericana en uso de mecanismos de poder, el Gobierno de los EEEUU ha tratado de acorralar a Venezuela en el escenario mediático internacional. Así mismo usan voceros del fascismo internacional localizado estratégicamente en Europa para desatar una campaña en los medios internacionales con el único propósito de descalificar a Venezuela y desprestigiar al alcance de la revolución bolivariana con la intención de minimizar su impacto en la región.
No obstante en los EEUU el memorando público se concentrará en la guerra contra Irak en lo inmediato así como toda la movilidad política electoral que puede darle ventajas a los movimientos sociales en América Latina y el mundo, pero no dudamos que un cambio de gerencia pública afectará la agenda política de agresión que las grandes corporaciones industriales tiene elaborada para el sostenimiento del status de dominio sobre la economía mundial y especialmente en América Latina.
En lo relativo al manejo de la información, cuyo soporte monopólico lo ejerce el Departamento de Estado de manera cerrada con las corporaciones y consorcios mediàticos no habrá un cambio en el modelo y el método de soporte a las políticas del gobierno imperialista de los EEUU.
Los errores consecutivos cometidos por la diplomacia estadounidense en los foros regionales (OEA) dan a los pueblos de la región y especialmente a Venezuela una ventaja coyuntural que nos llama a colocarnos en posición ofensiva en las tareas vinculadas con el posicionamiento del mensaje fresco, edificante de los logros de la Revolución Bolivariana, con temas de la agenda noticiosa internacional relacionados a la autonomía de la industria petrolera entre otros, igualmente esta situación sugiere que nuestro país avala la consolidación de procesos de integración a pesar de los intentos de sectores de la derecha en algunos países de la región para frenar y obstaculizar este proceso.
Venezuela se ha posicionado en la estrategia del diálogo sur-sur que junto a la promoción de la integración Latinoamericana constituyen dos ejes de la política internacional venezolana apuntando hacia un mundo multipolar que quiebre la hegemonía de los países industrializados sobre los países pobre del globo terráqueo.
En ese contexto Venezuela lideriza acciones políticas desde los organismos multilaterales como la ONU, UNESCO y OEA e instrumenta relaciones bilaterales con países de Europa, África y Asia que se orienten al factor de responsabilidad social como signo privilegiado antes que lo mercantil, especialmente cuando se abren las puertas para la inversión extranjera en el país.
Por todo ello se hace necesario generar un clima de confianza hacia Venezuela que le permita a la república consolidar su posición política en la región y el mundo, valiéndose de su condición democrática moral y éticamente incuestionable, demostrada por el sistema político de participación protagónica del pueblo venezolano y las políticas internacionales orientada por el presidente Chávez en lo relativo a autodeterminación e integración de los pueblos del mundo.
Sin desconsiderar las acciones coyunturales que tengan las Misiones Diplomáticas producto de las acciones inmediatas en el mapa político internacional es necesario comprender que estamos ante la consolidación de un proceso de estado de largo aliento y no de un gobierno cortoplacista ; ello implica la construcción de un nueva estructura político ideológica de las misiones diplomáticas correspondidas con los planes trazados por el Presidente de la República en la configuración de un plano de relaciones mundiales multipolares y en la defensa irrestricta de los intereses de un estado que construye una democracia protagónica y participativa para beneficio del pueblo venezolano.
Aldemaro Barrios Romero
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